martes, 12 de marzo de 2019

Rutina, Loops y pensamientos en circular con Salsa de Tomate

Mi mente aparte de navegar entre curiosidades varias, la música, la cocina, la poesía, los animales o cualquier otra cosa que se pueda imaginar, suele funcionar a modo de insistencia. Las repeticiones son un modo de apropiación, si una receta o ingrediente me gusta, reincido. Así es como el jengibre lo uso hasta en el mate,  comparto “Trains” con cuanto ser se cruce en mi camino, puedo darle vueltas a un mismo asunto hasta agotarlo o convertirlo en espiral.

Así me pasa ahora con la rutina, los hábitos y la vuelta a lo que era obvio previo a mis vacaciones. ¿Cuándo  hacía las compras, cenaba temprano o tarde?, recuerdo las mañanas con saludos al sol y la vuelta a la perra, algunos chats, las sesiones de terapia, y las promesas de fin de año. Todo mezclado, desordenado. Ahí aparece el recuerdo de la agenda que empecé a usar y el cuadernito donde anoto las ideas. En una búsqueda de estructura y sostén que juega a esquivarme.

¿Por qué me cuesta tanto recordarme? Jugué tanto a ser mi mejor versión en vacaciones que sepulté esa yo que no me gusta, la más obsesiva. ¿Se gastó en el camino algún amor medio oxidado? Quizá no se trate de respuestas sino consecuencias al descanso. Esa palabra que se opone tanto a esa insistencia que a veces me define. Entonces, puede que no sólo se trate de esas semanas de mar, sol, amigos, abrazos, arena  y besos. Es la opción de que en la rutina el top tres de actividades sea el simple reposo, estirar el cuerpo y los pensamientos. Descansar de todos los no, de los interrogantes sin afirmación.




Mientras suena una lista de canciones de siempre, pero que hoy dejo fluir. Elijo habitar el deseo por breves lapsos de tiempo, aprendo que a veces es más poético pensar en la birra en el balcón, que tomar birra en el balcón con el ruido de los colectivos. Pienso que no hay versión más poética del olor a sopa, que sentir el olor a sopa, o la textura dulce de los tomates asados, parecido pasa con la piel, el fuego, el sol y los abrazos.

Aunque se cae entre líneas una frase más, “toda insistencia, tiene su recompensa”, así que dejo descansar las ideas de tanta vuelta y comparto esta receta de salsa de tomate que llegó después de probar miles. Voy variando las recetas de salsa de tomate, en este caso fue una versión salvadora para los meses que no tuve gas.
En una placa de horno (puede ser eléctrico) coloqué tomates, cebolla, morrón, ajo, oliva, romero y laurel. Horno medio hasta que este todo dorado y bien cocido.
Una vez todo listo mixée y condimenté con sal, pimentón, ají molido y pimienta.

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