jueves, 28 de junio de 2018

Pastel de Papas vegetariano o cómo asistir a la coincidencia



Hacía días estaba tentada de pastel de papas, hurgaba en mi memoria ingredientes, recetas para adaptarlo a mi nueva realidad sin carne en la dieta. La idea que pisaba más fuerte era  hacer un guiso de lentejas y usarlo como relleno.

En el mientras tanto las coincidencias asistían a mis días. Una canción que subí la estaba ensayando un amigo con su banda, mi amor por una araña caricatura en el amor por una real entre otro contacto de mi amigo. Las coincidencias se amplificaban cada vez más. Los amigos son un poco esa coincidencia en el abrazo que un día te reinicia.

La casualidad o el accidente, a veces, es eso que no vemos por tener la cabeza demasiado ocupada en otra cosa y lo demás está ahí, tan dispuesto  a mostrarse como mis lentejas brotando en la heladera.
Porque al fin y al cabo estoy acá para transmitirles mi receta de pastel de papas y lentejas.

Como les contaba, las lentejas que había remojado brotaron, así que decidí condimentarlas con ají molido, pimentón, comino y ajo junto a unos hongos salteados en oliva. Guardé el procesado hecho albondiga en el freezer y unos días después me los dispuse a cocinar tipo hamburguesa, pero, como no había procesado del todo, ni amasado, se desarmó toda la mezcla resultando un salteado de lentejas y hongos picante y con un dejo braseado por el tostado, bienvenido relleno de pastel de papas.

Así que saltée cebolla, morrón y zanahoria, se lo agregué a la mezcla junto a un poquito de salsa de tomate casera.
Después todo fue emplatar, relleno, puré de papas y un golpe d horno fuerte para comerlo bien calentito.

PD: La canción y el post está dedicado a Pablo, a las coincidencias y sus reinicios en abrazos.

jueves, 21 de junio de 2018

Yoga o alimentación consciente, alimentación consciente o yoga



Hace alrededor de 9 años que cocino, la misma cantidad de tiempo llevo en esta casa, la que me encuentra hurgando entre recetas, blogs y libros varios mientras escribo. La primera pista en la cocina fue la necesidad y la dificultad para zafar sin que el mal humor se haga presente. La segunda los recuerdos, porque nada hubiese tenido sentido en la memoria sin el espacio presente.

En algún momento, se vínculo con  la salud, el medio ambiente y la empatía. Más, aún no logro determinar si primero fue eso y me encontré con yoga, o si por yoga me encontré con eso. Es una versión caprichosa del huevo y la gallina. En el medio todo se atraviesa por encuentros y desencuentros. Quizá fue al mismo tiempo, después de todo no somos parte de algo en un instante, las rutinas llevan una secuencia de veces hasta que las apropiamos.

Algunos sostienen que el universo cada vez que le das espacio manda algo nuevo. Paradoja hecha realidad o simplemente obviedad, cómo meter un alfiler donde ya no quepa nada y como no abrir espacio a lo nuevo para colmar el vacío. Dejar de comer carne no me transformó en vegetariana, al menos en mi versión de los hechos, el panorama se abrió ante ingredientes y preguntas nuevas. Yoga es la apertura del camino a la expansión, entre lo flexible y la fuerza, encontré una necesidad física por desarmar bloques, por renovar, haciendo paso al oxigeno, despejar la mente de ideas viejas, caer y volver a intentar.

La vie est de brûler de questions - A. Artaud

(Vivir es arder en preguntas)


Mientras seguimos en el intento de convertir los días en días de cocina, cuentos y canciones, el próximo 22 de julio a las 15 hs. junto a Yoguicos, vamos a dar un taller de alimentación y yoga. Nuevamente La Ronda Espacio Cultural abre sus puertas, esta vez para integrar cocina  y yoga, yoga y cocina. Pronto más info para que puedan inscribirse.



lunes, 18 de junio de 2018

Vuelvo a la cocina, como se vuelve siempre al amor



Cocinar siempre me hizo sentir libre, me dije  en un cuento. En un juego donde me desdoblo, combino y convivo.
Me alejo de mi en búsquedas impropias, el espejo tiene lo inevitable. Un temor como un tango, postales de nostalgia, sonrisas apretadas, listas otra vez.
Aquí estoy, un poquito más lejos de todas las que intenté ser y unos cuantos metros más cerca de todas esas voluntades que me tocan la puerta.
Vuelvo una vez más, porque vuelvo una vez más a mi. A la nena que rindió un examen de dibujo con un cuento, a la mujer que compra una guitarra.
Vuelvo, en corazón, con corazón, como vuelve mi recuerdo al limonero, a las manos de mi abuela en el engrudo de la masa.
Vuelvo con todas las veces, las voces, los intentos.
Aroma y sabor es armonía, como las que tejen las cuerdas de una guitarra, como las que enlazan la palabra o revuelven la cuchara.