jueves, 12 de abril de 2012

Guanuqueando



Este verano estuve en el Norte, les voy a contar qué experiencias culinarias me traje, aunque como primer paso debo recomendarles el Norte; Tucumán, Salta y Jujuy están llenos de lugares vibrantes y coloridos. Colmado de caminos sinuosos que en los caprichos de las tormentas del verano son arrastrados por ríos desbordados, por verdes que emergen con intensidad en los valles, por rojos minerales que contienen las montañas. Lleno de canciones que rebotan de la mano de los cantores, en las peñas, en la calle, en todos lados.
La primera parada del viaje fue San Miguel de Tucumán, allí nos esperaba Aline, una bella misionera que vive en Yerba Buena, una localidad próxima al Cerro San Javier. A ella y a su inmensa hospitalidad le dedico este recorrido culinario.





Guía de compras y experiencias culinarias:

El limón es la fruta por excelencia de Tucumán, así que no se vayan sin probar una buena limonada. La más rica fue la de El Patio de la Empanada en Tafí del Valle, que en el colmo falló con su nombre (las empanadas eran muy feas) pero no defraudó en su medio litro de espumoso y perfecto jugo de la fruta amarilla.
Aunque tanto empanadas, como humitas y tamales fueron reivindicados en cada uno de los lugares en que comí; en el Norte se come por muy bajo costo y de muy buena calidad

Entre las cosas que compré para traer hay dos pimentones, uno de Cachi y otro de Cafayate de La Última Pulpería, y comino. Ambos son mucho más intensos que lo que se puede conseguir en Buenos Aires, bien perfumados y de un color fuerte y brillante.
De Cafayate también traje quínoa, el súper alimento, hoy de moda, que fue la base de la alimentación diaguita, pobladores originarios de la zona. Hay que lavarla bien ya que contiene saponina (sustancia tóxica) y hervirla aproximadamente 20 minutos, pueden incluirla en guisos, ensaladas, como guarnición, en hamburguesas, etc.
Probé la carne de llama, es bien magra y fibrosa, sobre todo por que la altura de la zona hace que estén más ejercitadas. La comí en milanesa y guiso, preferí este último porque contrasta muy bien la humedad y el sabor de un buen guiso con este tipo de carne, y logra una preparación menos grasosa.

Lo más destacado que tuve oportunidad de experimentar está el queso de cabra (nunca antes había comido), en dos combinaciones muy efectivas con palta y con papines andinos.
Entre los vinos, que debo decir no les dedique mucho tiempo, se destaca el Torrontés. La altura, el calor y el clima más bien seco son el ambiente perfecto para esta uva. Aunque este último verano hubo demasiada lluvia para esta cepa delicada.
Continuará….

Aprovecho la oportunidad para recomendarles una picada natural con productos de nuestro Norte para compartir con amigos.

Picada norteña
Queso de cabra (queso tipo feta), con un hilito de aceite de oliva.
Papines, hervidos con cáscara, condimentados con oliva y sal.
Tomate con oliva y orégano
Palta en cubos con oliva sal y limón
Un rico pan de campo, tostadas de pan integral
Un queso crema tipo Philadelphia
Un vaso de Torrontés, o si no les gusta el vino blanco, les recomendaría un tinto joven que no haya pasado por madera.

A disfrutar!

3 comentarios:

  1. Gracias Anabella, el gusto y la alegría fue mía.
    Bello relato de un inteso recorrido.

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  2. Me fui al Norte Argentino de paseo un ratito cuando leía el primer párrafo. Con que belleza lo describís! Me encantó la picadita, tuve la suerte de probarla jeje.

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  3. Hola Ana! Hace tres veranos hice el mismo recorrido! Nos encantó!! Jujuy es increible! Soy Silvina, hace un tiempo nos mandamos unos mails, ja, espero que andes bien...Beso.

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