martes, 29 de enero de 2019

Recetas para el no, o cómo cocinar el desamor: Leikaj

¿Cómo decimos NO? ¿Cómo tomamos el NO?

El no, ese ingrediente del lenguaje tan duro de combinar, tan indigesto. Además de ser difícil de tragar, es  ardua masticar la densa y plástica textura del no. Es la palabra inconformista, complicada de dar, más parecida a un vómito ácido y amargo que a una escueta, pero contundente palabra.

-Mirá, sos divine, me encantás, pero NO me pasa... y prefiero dejar las cosas acá.
-¡Pero!, te presenté a mi perrite, a mi mejor amigue, ¡¡¡¡te etiqueté en facebook!!!!

Cómo medimos qué dar, ¿elegimos con total libertad o vemos a las relaciones como un juego de castigo y recompensa?. ¿Nos ofrecemos para esperar ser el postre después de comernos el plato completo de verduras del otro?.

La mercantilización en su máxima expresión, somos un disco pop del desamor. Dicho sea de paso, alguien me dijo que el disco que relata el no por excelencia es ¿Dónde están los ladrones? de Shakira. Algo de sentido tiene, el pop es embellecer y empaquetar, dar las cosas masticadas, prolijas, bellas y hasta con vuelo artístico. ¿Estamos esperando, entonces, que nos den todo resuelto?. ¿Pretendemos que las “cosas” vengan tan listas que no duelan?.  Pero, lo de siempre,  me pasó este Virus hermoso, y voy a darles una recomendación ajena y una propia. Así que además de reconocer que el disco de Shakira es una excelente e histérica versión del desamor, les deseo Locura de Virus.

Ahora volvamos,  cada vez que conocemos a alguien proyectamos, y pifiar molesta, pica un poco en el cuerpo,  ¿pretendemos, pués, hacer cargo de las frustraciones propias al otro?, ¿somos los jueces de un talk show pedorro buscando culpables?. Al sol, tengo la sensación que  ser correspondido o no, carece de responsables. No ser correspondidos, duele tanto como no corresponder, tener que ajusticiar un NO arde tanto como ser el NO de alguien. De hecho, ser el que recibe el no, tiene la comodidad de jugar a ser esas víctimas, de tener poesía que nos atienda, discos que nos acompañen, un pote de helado de un kilo viendo películas de bajo presupuesto.

También están los que no dicen no, o mandan no tímidos, o señales a la espera de interpretar como si vos fueras un decodificador. No amigue, así no. Tené valor y decí claro no, vas a ver qué es mejor nadar contra la corriente, nadar en la impotencia del enojo ajeno que vagar sin agua en el desierto.

Mejor batir, amasar, endulzar el no. El propio y el ajeno. La responsabilidad a la hora de cocinar a veces es elegir bien la materia prima, ser responsables y coherentes con la elección de lo que decidimos comer. Ser conscientes y amorosos con nosotros y el ambiente. Después de un no, dicho o recibido, quedan las recetas que cocinan el desamor.


Leikaj


2 huevos
1 manzana verde
½ taza de aceite
1 taza de azúcar mascabo u orgánica (yo no la usé, por lo cual quedó más bien como un pancito dulzón con textura de budín)
1 taza de miel
1 cdta. de vainilla
½ taza de café de higo (pueden usar café negro común)
1 cda. de bicarbonato
2 tazas de harina integral + 1 taza de harina blanca (+ pizca de bicarbonato)
Especias para torta
Nueces

Primero licuar los huevos, la manzana, el bicarbonato y la vanilla
Después mezclar la miel, el aceite
Luego incorporar la harina con estas dos preparaciones
Si van a agregar las nueces, recuerden espolvorearlas con harina para que no vayan al fondo.
Horno 180 por alrededor de 40 minutos.

martes, 22 de enero de 2019

¿Cómo saber si sos un intenso? Pensamientos con receta: Salteado de verdura y hongos

¿Cómo saber si sos un intenso?

Cuando se pone de moda una palabra es fácil caer en sus redes, ahora la onda es ser intenso. Bueno, ahora es hora hace tiempo.
Qué es ser intenso, en principio, no sólo me suena algo propio, sino también algo deseado. Por qué, porque el opuesto suena a débil, a frágil, a tibio. Nadie quiere ser pecho frío, cuál hincha de club que se cree grande pero no lo es (inserte aquí nombre de algún club).
Pero así como todo parece re simpático, también puede tener la carga negativa. Una vez un pibe me dijo que le daba miedo mi intensidad, que eso de hacer tantas cosas, de tener tanto interés le parecía que podía ser medio pesado. La verdad es que me causó gracia, desde mi perspectiva a mayor vida personal menos densitud al otre, pero claro, para el tibio la imagen es “esta piba va a pretender un rally de cocina, literatura y sexo desenfrenado”, bueno, sigue sin sonarme mal…
A decir verdad si soy honesta, aunque sea un poquito, el opuesto a intensidad, también es suavidad,  hundirse en el agua y flotar ligero.
Si ser intenso es repetir una misma canción 12 veces al día, ser ligero es escuchar el disco entero. La traducción en cocina puede ser algo así como si te gusta el picante sos intenso, aunque ojo, también es cuando encontrás un ingrediente que te gusta y lo usas hasta en el café con leche, porque el intenso es insistidor. El intenso aparte es contagioso, es el que con las mismas dosis de ansiedad y alegría comparte lo que descubrió.

Mi intensidad gastronómica ha pasado por varios estadíos, pero la estrella supieron ser los salteados durante muchos años. Verdura que se compraba iba a parar al wok. Como metrogas me cortó el gas, hace unos domingos hice una versión usando el horno eléctrico y una hornalla de camping.  (UPDATE: Volvió el gas)


Por un lado hidraté hongos de pino, con esos hongos y el líquido de la hidratación herví (en una hornalla de camping) arroz. Yo elegí uno de grano gordo y corto, porque me gusta que el arroz quede cremoso. ¡Atención! al usar el líquido de la hidratación de los hongos es conveniente enjuagarlos previamente, así evitamos que puedan tener tierra.
Mientras eso se cocinaba, corté morrón, tomate, ajo y berenjena en cubos, que los hice asados en una placa con aceite de girasol y salsa de soja.
Después de unos minutos integré todo y me fuí a “intensear” al balcón.

sábado, 19 de enero de 2019

Disco Recomendado: Beleza e Medo

Descubrí la cocina por habitar el espacio propio. Cuando me mudé hace casi diez años atrás, entendí que una habitación puede ser vacío o un hogar si están habitados. Entonces, como primer paso un disco empezó a sonar, después plantas y cuando el hambre rugió las tripas, las cacerolas desplegaron recuerdos, texturas, aromas. Tintineaban al compás, a veces, el espacio sórdido para llorar.
Entonces, si el día dicta orden, las opciones eligen play.



De paso un mensaje para Papá Noel
Querido Papá Noel:
Te mando esta carta con tiempo, esta navidad quiero un novio brasilero (?)

lunes, 14 de enero de 2019

Todo se empieza un lunes: A desayunar

Retomar el blog, por enésima vez implica varias cosas. Una es saber que va a ver un vigésima. Otra, repasar los intentos, leerse así mismo es un ejercicio extraño. Es viajar a propias versiones, a sabernos los mismos pero diferentes, a recordar quiénes éramos, qué hacíamos, con quién estabamos, qué comíamos, qué música era la elegida. Es como viajar en el tiempo, palabras hechas disparos sensoriales. 




¿Nos gusta el espejo del pasado? La tercera persona acompaña la pregunta íntima, es más fácil este viaje si hay alguien del otro lado. También, es desnudar el mismo deseo, que se viste de insistencia, que deshace los mandatos, escribir se parece mucho a cocinar. Es alquimia, es transformación, ingredientes, es gestar, parecido a hacer definiciones constantes. Escribir o cocinar alimentan.

Aquí estoy, hecha búsquedas para desayunar, porque me debo a mi público (?). Suelo desayunar lo obvio, pan con queso y mermelada/miel, o bien fruta fresca y fruta seca. Aún así, a veces hago algunas alternativas, panqueques, budines, licuados. Así que los lunes intentaré compartirles algunas de mis ideas de desayuno. De paso se convierte en un nuevo desafío personal, los lunes se hace al menos un saludo al sol (porque yoga)  y se desayuna. La promoción se puede mudar de día, pero que no decaiga la intención. 

Esta vez hice una tortilla de banana, mandé a la licuadora una banana, un huevo, con dos cucharadas de azúcar, una cucharada de coco rallado, y harina integral con una pizca de bicarbonato y sal. Arranqué con 5 cucharadas y fui agregando hasta espesar, va a depender mucho del tamaño de la fruta. Así que, les recomiendo incorporar harina hasta que quede una mezcla densa pero no pesada. La idea es que quede húmedo.

Después, lo mandé al horno hasta que coaguló y lo serví con un durazno cortado en gajos. Lo ideal en un desayuno es que tenga todos los macronutrientes, hidrato de carbono, proteína y grasa. Así que pueden agregarle una cucharada de queso crema, manteca de maní, fruta seca o cereales.


viernes, 11 de enero de 2019

Tinto, de Orozco Barrientos

Los discos se pueden recomendar poesía mediante. Tanto la música, como la comida, me despiertan sensaciones, emociones, recuerdos, este disco no fue la excepción, así que les comparto un poco el tránsito de mi mente.




Asado, carbón chispeante,
el verano pide sonar revoltoso.
Un tinto que dan ganas de acompañar con mate,
(porque no evado la contradicción)
de pisar descalza la tierra y
fundirse en olor a lluvia.
El sonido de la leña que se quiebra,
de calor furtivo del fuego,
Me esquiva el decir largo,
como un romance apurado,
atravesado,
amenaza de tormenta en enero.


martes, 8 de enero de 2019

No sólo vives de ensalada, qué comer en verano

Llegó enero, no es novedad. Temporada de tereré, de andar en patas, de investigar qué vecino tiene pileta y preguntar qué comer mientras se mira la heladera, en un no recomendable estado de humedad y poca ropa.
Las ganas de cocinar, más aún, tener prendido una hornalla o el horno, van a la inversa de la inflación. Entonces, en el verano ¿vives de ensalada? La buena noticia es que no hacen falta los extremos, la mala, creo que no hay mala noticia, quizá negociar unos minutos de hornalla que pueden evadir aquellos que tengan horno eléctrico. Sí, ya sé, la factura de la luz.


Así como primera medida anti calor, recomiendo armar un agua infusionada con limones, menta y pimienta de jamaica y hielo y entrarle a un tereré frenético. Verán como la temperatura corporal interna desciende y un súbito buen humor asaltará sus rostros de bondi en hora pico.


Esta receta ya la compartí, pero repito porque es ideal para los días de calor, para llevar a la oficina o asaltar la heladera cuando ataca el bajón.


Hidratar semillas de girasol durante unas siete horas, para después de enjuagarlas procesarlas con limón, oliva, sal, pimienta y un poquito de agua filtrada, si ven que está muy pesada la mezcla. Este untable va a durar unos 5 días en la heladera. Pueden jugar un poco con otros condimentos, ponerle curcuma, comino, curry lo que más les guste, pero así neutro es muy rico.


Como segunda medida, comprar unas bellas berenjenas, cortarlas en lonjas y asarlas o grillarlas vuelta y vuelta con aceite de oliva y orégano.

Finalmente sólo queda enrollar las berenjenas con el untable, hacer una ensalada de loquedé y disfrutar la preparción en el lugar más fresco de la casa.