Descubrí la cocina por habitar el espacio propio. Cuando me mudé hace casi diez años atrás, entendí que una habitación puede ser vacío o un hogar si están habitados. Entonces, como primer paso un disco empezó a sonar, después plantas y cuando el hambre rugió las tripas, las cacerolas desplegaron recuerdos, texturas, aromas. Tintineaban al compás, a veces, el espacio sórdido para llorar.
Entonces, si el día dicta orden, las opciones eligen play.
De paso un mensaje para Papá Noel
Querido Papá Noel:
Te mando esta carta con tiempo, esta navidad quiero un novio brasilero (?)
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